domingo, 6 de diciembre de 2009

Los hombres grises

Un saludo a todos los que me estáis leyendo.

Uno de los rasgos que considero característico de la estupidez es el adocenamiento. Me refiero al tipo medio, al hombre gris. Al mediocre.

El adocenado se siente seguro compartiendo la opinión común, comportándose como se espera de él. Visten discretamente, rayando lo insulso. Si se lo puede permitir, conduce un coche grande de marca que contamina un huevo, lo mismo que le importa, o mejor, un 4x4, que contamina dos. Si no, se siente frustrado. Malcome en un sitio barato (siempre el mismo), y nunca va al teatro, aunque puede que sí al fútbol, deporte de masas. Los fines de semana, pulula por algún centro comercial con su pareja e hijos, y ve la tele a diario, que para eso de adocenar, va que ni pintada. Y piensa que, si vas a comer al Bulli, sales con hambre.

El adocenado es ahorrador, porque el dinero da mucha seguridad. Además, tener dinero está bien visto, y de eso se trata. Puestos a ahorrar, no tiene problemas con pagar en negro o hacer todo tipo de chanchullos, algo bastante habitual en España. La idea de lo común es completamente impermeable para él.

Al adocenado no le gustan los perros. Si tiene uno, es para enseñarle quién es el amo. A los perros tampoco les gustan los adocenados.

El adocenado no crea. Imita. Está en el mundo por ver estar a los demás.

En el trabajo, se les identifica fácilmente en las reuniones, porque se mantienen muy calladitos, o bien dicen muy alto lo que consideran la opinión general. Pocas cosas hay peores que un jefe mediocre, de esos que se sienten amenazados por las iniciativas de sus subordinados. Cuidadito con ellos, señores directivos. Estén atentos a los silencios y a los aduladores, y no duden en levantar la alfombra ante el menor atisbo de duda.

La naturaleza del adocenado le hace abstenerse en las elecciones, y no es difícil que lo reconozca en público, como si demostrara con ello alguna neutralidad. Si serán tocinos, que para una vez que les dejan decidir en cuatro años, van y se callan...

Adocenados del mundo, no os unáis más de lo que estáis.

No puedo con ellos.

5 comentarios:

  1. ¿Y que pensarán ellos? Eres un ente tan raro para ellos como ellos para ti. ¡¡Ese que se cree más !! En este momento los que no vamos al centro comercial a pasar el sábado somos los raros.
    ¿ seremos unos inadaptados?

    ResponderEliminar
  2. Pues seguro que sí. Se me olvidó comentar que el adocenado mira con malos ojos a los que son diferentes, es marca de la casa.

    Por el contrario, yo creo que la gente distinta es la que vale la pena, porque son una fuente de ideas. Si todos marcháramos al compás que marcan otros, el mundo sería triste y aburrido.

    Y no, yo no me creo más que nadie, más bien al contrario. Lo que sí creo es que todos somos diferentes, y tenemos que estar orgullosos por ello. Adocenándote, te cargas tus diferencias, te conviertes en un número. Para eso están los uniformes, o términos como "recursos", para referirse a las personas que trabajan en un proyecto.

    Un beso, Bigunki.

    ResponderEliminar
  3. Para nada me considero una adocenada, pero creo que triunfa tanto porque dejarte llevar y hacer lo que hacen los demás es mucho más fácil. Desde pequeño tratas de no destacar para que no te consideren el "rarito" y te dicen "ponte esto porque tus amiguitos se lo ponen" por citar un ejemplo....entonces que esperamos? que pensemos por nosotros mismos? eso lleva mucho tiempo, y muchos nunca lo consiguen.
    Buena reflexión Coque, nada adocenada.

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias, Lola.

    Efectivamente, pensar supone un esfuerzo considerable. De hecho, consume energía, así que produce cansancio físico. Como bien dices, es mucho más fácil dejarse llevar. Y también tienes razón con lo de que nos vemos empujados al adocenamiento desde niños. Somos animales sociales y necesitamos la aceptación del grupo, y creo que ahí está la clave del problema.

    Una de las cosas que sorprenden a los inmigrantes de Europa del este cuando llegan a España es que los niños se burlan de los buenos estudiantes, mientras que es sus países les admiran. Tiene mucho de cultural el ensalzamiento de lo adocenado, y creo que a nosotros nos queda mucho por recorrer.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  5. Genial Coque!, deberías leer un libro de Fernando Villegas en el que habla de los diferentes personajes que tenemos en Chile. Mira que tambien contamos con un Adocenado, que suertudos somos......

    Abrazos.

    ResponderEliminar